Mi gato es muy tonto y bonito.
Se llama Felipe como su tite.
Es tan sedoso como el aceite.
Su mamita se llama Copito.
Es callejero pero llega pronto.
Tan bonito que a mi casa lo invité.
Cuando nació casi yo vomité.
Todos creen que es el mejor y punto.
Para mí es el mejor gato del mundo.
Es uno de los gatos más sobones.
Me divierto con él cada segundo.
A él no le guastan mucho los bombones.
Estoy con él cada microsegundo.
Y siempre come muchos macarrones.
Por Óscar García Fernández.
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